La nueva jefa de la diplomacia española ha abordado en su viaje estreno temas como la apertura del régimen cubano, la reciente plaga de cólera en Haití o la "estrategia común" a seguir desde Europea en el Sahel a la vista de la creciente situación de inseguridad.
Además, ha admitido que no habrá ningún "movimiento formal" para cambiar la llamada Posición Común que desde 1996 condiciona la relación con Cuba a los avances en Derechos Humanos. Jiménez ha declarado también que "creo que, en este momento, la UE debería mostrar una señal de que, para afianzar el proceso de reformas en Cuba, es más necesario que nunca buscar una nueva relación basada en la confianza, el respeto y la bilateralidad".
Países como Suecia o la República Checa eran los más reacios antes de esta reunión a introducir cambios en la política hacia Cuba, pues juzgan insuficientes las medidas tomadas en La Habana. Jiménez ha incidido en que España busca "el máximo consenso posible entre nuestros socios de la Unión Europea" dentro de su objetivo de trabajar "para que se reconozca una nueva relación entre la UE y Cuba". También ha recordado que esta política fue promovida por su antecesor, Miguel Ángel Moratinos, cuando ella era todavía secretaria de Estado para Iberoamérica.
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